Centroamérica camina a paso lento en términos de innovación, en comparación con Corea del Sur o Japón que son países más industrializados y con economías más grandes, asegura David Tesone, director de IXL Center Colombia.

“Nosotros estamos a unos 10 años de donde está el mundo, pero nos va a llegar. Entonces tenemos que prepararnos y si el empresario no se preparó en cinco años, salió del mercado”, explica. Así que, la mejor manera de no desviarse es “alinear” dos cosas: estrategia e innovación.

Dice que la innovación es una tendencia mundial que surge porque el consumidor ha cambiado sus necesidades, sus intereses y la forma en la que adquiere los productos o servicios. Pero Tesone deja claro que no hay que innovar por copiar al amigo empresario o al gerente, tampoco por moda y mucho menos si no existe una estrategia previa que contenga una ruta a futuro.

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Para Tesone existen diferentes clases de empresarios y hay que evaluar la etapa en la que están para recomendar la innovación: están los empresarios nacientes a los que no se les puede poner a innovar porque no van a poder y se les desenfocaría de su negocio.

“Lo vamos a hacer morir y lo que queremos es que ese empresario chiquito se fortalezca, crezca y así pueda hacer todo tipo de cosas”, dice. En estos casos la recomendación es llevar a cabo los cambios lentamente.

Existen negocios “paquidérmicos”, que se desempeñan en los mercados de la educación y la salud, que tienen grandes oportunidades de negocio, pero funcionan muy lento. La otra clase de mercado es el de la tecnología y la ciencia (el sector TIC), que se mueve con velocidad, en comparación con los anteriores, porque ofrece nuevos productos, añade Tesone.

Al innovar hay que tomar en cuenta el tipo de empresario, el mercado y el capital de inversión: “No hay que poner el foco de innovación en una persona porque a los tres años dirán que no funcionó”, advierte.

Según el experto, las grandes innovaciones de los últimos 20 años no han sido en un producto, sino en el modelo de negocio y en la forma en que se captura por más de una vez el dinero del bolsillo de cada cliente.

Tesone pone de ejemplo a Netflix, que copió exitosamente el modelo de servicio de los gimnasios al ofrecer un mes gratis para atrapar a los clientes: “Cuando tú haces esas conexiones de modelos de negocios de una industria distinta a la tuya te haces millonario y realmente produces innovación”, afirma.

Las claves para no fracasar ante los cambios son: tener buenas prácticas empresariales y tener claras las tendencias, el mercado, la necesidad de los consumidores y no enfocarse en el plan de negocio, sino en el cliente.

Fuente: Forbes
https://www.forbes.com.mx