1. Agiliza tu semana. Planea días específicos para realizar ciertas tareas. Por ejemplo, los lunes y los miércoles enfócate en buscar fuentes. Los martes y jueves lee y anota dudas y observaciones en torno a tu lectura. Los viernes por las mañanas redacta sobre lo que investigaste en la semana, de esa forma tendrás la información más fresca al momento de escribir.
  2. Establece fechas límite. Ponte pequeños retos a corto plazo, esto te motivará a cumplir con tus objetivos y terminar en menor tiempo, pero recuerda que deben ser fechas realistas o podrías causar el efecto contrario. Por ejemplo, terminar correcciones en tres días, entregar el avance del capítulo en 2 semanas.
  3. Lleva siempre contigo una libreta. Algunas personas tienen sus mejores ideas en los momentos de ocio. Asegúrate de estar preparado, si lo procrastinas puede que se te olvide más tarde.
  4. No compares tu ritmo de trabajo con el de otras personas. Es común que cuando alguien se encuentra realizando su tesis, haya otros compañeros de la carrera que la terminan antes, esto puede hacerte sentir presionado, pero recuerda que no es el mismo tema, y por tanto habrá otros requerimientos en cada caso, no te desanimes si es tu caso, cada persona tiene su ritmo, lo importante es el resultado final.
  5. Toma un tiempo para despejarte. Tenemos la falsa idea de que un investigador no tiene espacio para estar con sus amigos, familia o simplemente distraerse en el ocio, es necesario que te tomes un espacio para despejarte y no estresarte demás. Es más complicado de lo que parece aprender a tener límites y asegurarte de regresar a la rutina de la investigación. Pero es parte de la eficacia personal, no es igual procrastinar a administrar tus tiempos de ocio de una manera consciente y responsable.

 

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