¿Cuántas veces te ha pasado que tienes que hablar en público y te llenas de nervios?
Nunca más, los tiempos en que te volvías un manojo de nervios al hablar en público quedarán en el olvido si pones en marcha los siguientes consejos:
Antes de la presentación
Piensa que no es nada del otro mundo, es una conversación normal pero con muchas personas. Así que a partir del momento en que te enteres que tendrás que hablar en público, sea por la razón sea, tendrás que preparar tu discurso:
Domina el tema para hablar en público: es fácil hablar fluidamente cuando sabes de lo que estás hablando, o cuando el tema te gusta.
Sin embargo, habrá ocasiones en que debas hablar de un tema del que apenas sabes algo. En ese caso, tendrás que investigar y hacer un acordeón con los temas principales que tendrás que tocar. Recuerda estructurarlo con una introducción, desarrollo, clímax y desenlace.
Prepara una presentación: normalmente cuando vas a dar una exposición o conferencia, te apoyas de material audiovisual, procura ser conciso en tus diapositivas. Poco texto, solo palabras clave que te recuerden lo que debes decir (¡Y NO LEAS TUS DIAPOSITIVAS!).
Usa colores, imágenes, vídeos, gifs, incluso puedes introducir música en algunos momentos de tu presentación para generar la atmósfera que desees.
Practica una y otra vez antes de hablar en público
Solo la práctica hace al maestro, y si de verdad quieres dar una charla profesional, deberás estar muy seguro de ti mismo.
Repasar frente a un espejo o amigos, te ayudará a concentrarte en recordar la estructura de tu discurso, sin que la audiencia te preocupe.
Busca anécdotas: siempre que puedas tocar los sentimientos de tu audiencia, estarán más atentos. Así que puedes buscar alguna anécdota breve que haga alusión al tema que tratarás, a modo de introducción, para romper el hielo y la indiferencia de audiencias duras. Esto me ha funcionado muy bien.
Arréglate bien: ve vestido según el lugar en donde te presentarás, pero sobre todo, elige un atuendo que te haga sentirte cómodo contigo mismo.
En ocasiones puede preocuparnos cómo lucimos, pero si te preocupas antes del evento, y no en el momento, tendrás resuelta esa inquietud.
Seguro de que luces como te gusta, podrás desenvolverte en tu presentación como un pez en el agua. Recuerda usar trucos corporales para mejorar tu lenguaje corporal.
Para hablar en público
Sé breve y sencillo: no seas redundante, pues perderás el interés de la audiencia, ya sabes a lo que vas, ya estructuraste tu presentación, ahora deberás seguir tu propio guión. Muéstrate tranquilo, sé quien eres, la gente descalifica a los farsantes de inmediato.
Relájate y sonríe: ya estás ahí, frente a cientos o miles de personas, o quizá solo frente a tu grupo de clase. Como sea, ahora estás a cargo, tienes el poder, piénsalo así, es tu momento. Incluso podrías bromear con algo sencillo del momento para romper el hielo.
Sigue tu presentación: no te salgas de lo que ya practicaste, especifica al principio que darás un espacio al final para preguntas y comentarios.
Aunque si por alguna razón tienes que recortar algo, o darle un giro inesperado a tu presentación, hazlo pero con seguridad. Solo evita direccionarla a temas que desconozcas.
Y no te pongas nervioso (a), recuerda que nadie sabe lo que vas a decir, así que si cometes algún error, solo retoma. Sin hacer caras o decir “ay ya me equivoqué”.
Hazle preguntas a tu audiencia: haz que tu público esté atento, relaciónalos con el tema, que sepan que les puede pasar. O que te digan si ya les pasó, si les interesa, o qué harían ellos en una situación determinada, etcétera.
Una audiencia es más atenta cuando has empatizado con ellos, cuando los haces partícipes de tu presentación.
Recuérdales quién eres, o a qué marca representas: puedes mencionar (si es el caso) tus redes sociales, o las de la empresa para la que trabajas. Pídeles que te sigan, o indícales dónde pueden conseguir más información sobre el tema que abordaste. Despídete con una gran sonrisa.
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