¿Ya sabes qué es procrastinar?, si no es así, estás en la nota correcta, a continuación te explicaremos a detalle qué es procrastinar, los tipos de procrastinadores que hay, las posibles razones de esta conducta, y por supuesto, formas de erradicar este comportamiento.
La procrastinación es más común de lo que crees, y posiblemente nació junto con el hombre, aunque no por ello diremos que es inherente a éste, pero sí, que se trata de uno de los tantos comportamientos poco favorables del ser humano, y por ello, te diremos cómo evitar esta práctica enemiga de la productividad, y cómo tener mejores hábitos.
¿Has perdido el tiempo alguna vez, aun sabiendo que debes hacer algo, pero decides aplazarlo?
Ésa es la principal característica de la procrastinación, y va en total deterioro de la productividad que pudieras tener, piénsalo, ¿cuántas veces has dejado para mañana la tarea de física, el proyecto de química, estudiar para el examen de historia?
Eso en cuanto a la escuela, pero, ¿en el trabajo? ¿Cuántas veces se te ha juntado una pila de pendientes pero tú sigues haciendo lo más fácil, y dejando lo más elaborado para después?
¿Y qué tal en tu casa, con las labores domésticas?, ¿cuánto ha pasado desde que lavaste el baño por última vez, tu montaña de trastes sucios, la ropa sin lavar?
¿Y en la familia? Llevas meses diciendo que visitarás a los abuelos, pero aún no lo haces, o que te irás a cortar el cabello, o que harás ejercicio, que comerás mejor, que ahora sí vas a hacer tal o cual cosa.
¿Te suena familiar?, si es así, no entres en pánico, siempre se puede solucionar.
La RAE señala como procrastinación, al acto de procrastinar, o sea de: diferir, aplazar.
Mientras que Wikipedia lo señala como el acto de postergación o posposición. Es el hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, y las sustituye por otras menos relevantes, pero más fáciles o agradables.
Según los psicólogos, identifican a los procrastinadores eventuales, y a los procrastinadores crónicos, ¿en qué categoría crees que estás?
Además, de eventuales o crónicos, los procrastinadores pueden ubicarse según la Dra. Sapadyn (City University of New York) en alguna de las siguientes seis categorías:
Soñadores: no hacen lo que deben para alcanzar sus objetivos, creen que las cosas se harán solas.
Atormentados: el miedo no los deja avanzar, y lo que esto genera en su mente, los mantiene bloqueados, pensando en los escenarios de todo lo que puede salir mal.
Generadores de crisis: en vez de realizar la tarea que deben hacer, entran en conflicto por “todo lo que tienen que hacer”, y no trabajan, contradiciendo su idea de que trabajan mejor bajo presión.
Sobrecargados: aceptan más responsabilidades y tareas de las que pueden cumplir, su incapacidad de decir ‘no’, los llena de trabajos pendientes.
Desafiantes: pueden y saben salirse por la tangente, no les gusta que les asignen trabajos, y están dispuestos a rechazar trabajos, incluso si tuvieran tiempo para realizarlos.
Perfeccionistas: su deseo de perfección los congela cuando creen que no podrán lograr los objetivos que ellos mismo se plantearon, que muchas veces los rebasan.
Así nos encontramos frente tres tipos de procrastinación:
Indecisión: propio de personas inseguras, que tardan un sinfín en decidir cómo comenzar a hacer la tarea que deben realizar, y pierden el tiempo en “la toma de decisión”.
Activación: presente en las personas que postergan tareas hasta que ya no pueden esperar más tiempo, y solo así las realizan.
Evasión: cuando una persona no se siente lo suficientemente capaz de realizar la tarea impuesta, y teme comenzarla porque no se siente seguro de poder desempeñarla bien.
El psicólogo William Knaus, escritor de múltiples libros relacionados al comportamiento humano, define en su libro End Procrastination Now! Define razones emocionales que orillan a la procrastinación:
Perfeccionismo o miedo al fracaso: postergan tareas con la justificación de falta de tiempo para realizarlo exactamente como ellos desearían, se marcan metas poco realistas que después no pueden cumplir.
Ansiedad o catastrofismo: la ansiedad impide a las personas con este padecimiento tomar decisiones rápidas, sus pensamientos catastróficos les producen bloqueos mentales, y los llevan a pensar que no son capaces de realizar dicha tarea.
Creencias irracionales: tienen una mala percepción de sí mismos, y esto evita que puedan dar lo mejor de sí mismos, se sienten incompetentes ante la tarea a realizar.
Impaciencia y rabia: las exigencias que estas personas se hacen así mismas, evitan que puedan avanzar, pues su impaciencia les hace pensar constantemente que avanzan lento, que deberían ser capaces de lograr “eso” con mayor rapidez, y esta misma actitud, los frena.
Necesidad de afecto: estas personas basan su comportamiento en las recompensas que obtiene de otras personas, por ello, si son recompensadas, se sentirán fuertes y capaces. Si no obtienen ninguna recompensa, no se sentirán capaces de lograr alguna tarea.
Saturados: son personas que mantienen una lista interminable de cosas pendientes, y al no ver que sus pendientes avancen, se sienten frustrados, saturados de trabajo, e incapaces de continuar con el que ya tienen.
¿Te ha pasado que te encuentras en alguna de estas situaciones?
Seguro que sí, todos en algún momento nos hemos sentido así, sin embargo, hay que saber identificar nuestras emociones y la fuente de éstas, para responder de la mejor forma a las exigencias de nuestra vida.
¿Quieres aprender a combatir la procrastinación?, pues no dejes de leer las recomendaciones que aparecen a continuación:
-Reconoce cuándo estás procrastinando, una cosa es ponerte cómodo para trabajar, y otra muy diferente, encontrar cualquier otra cosa que hacer antes de ponerte a trabajar, que te haga perder el tiempo, y llegar al extremo de decir, “mejor lo hago mañana”.
¿Te ha pasado?, ahí es cuando estás procrastinando, toma conciencia de ello, y evítalo.
-Aprende a motivarte, solo tú serás capaz de reconcoer cuándo procrastinas, y así también serás tú quien pueda solucionarlo. Puedes hacerlo recordando el porqué tienes que realizar dicha tarea, ya sea por trabajo, escuela o cuestiones personales. Una vez que está en tu lista de pendientes tienes que hacerlo, no puedes echarte para atrás, o eso irá en detrimento de tu credibilidad en ti mismo.
Evita la distracciones, si ya sabes que tal cosa te quita el tiempo, te distrae, o evita que estés concentrado al 100% en tu tarea, evita «´ésa» cosa. Tú sabes bien de lo que hablo, todos tenemos nuestro talón de Aquiles, así que evítalo al momento de realizar tu tarea.
-Sé firme en tus decisiones
Si ya te sentaste a redactar algo, a leer, o estás haciendo ejercicio, desarrollando un proyecto, o sea lo que sea que ya te propusiste hacer, ¡hazlo! No des un paso atrás, pues te darás el mensaje de que lo que te propones no es importante, y de que puedes cambiar de parecer cuando sea y no hay problema.
-Sé eficiente, cuida tu tiempo, gestiónalo bien, designa un tiempo para cada tarea que debes realizar. De esta forma serás más productivo al realizar todas las tareas que te has propuesto en un determinado periodo de tiempo.
-Ponte metas factibles, de otra forma te sentirás frustrado o agotado al no lograr cumplir con tus metas, por ello éstas deben ser realistas para que puedas alcanzarlas en el periodo de tiempo que te asignes.
-Recompénsate a ti mismo, probablemente nadie más lo hará por ti, así que date tus propias recompensas, pero eso sí, solo cuando te las merezcas. De esta forma, condicionarás a tu cerebro a trabajar duro para obtener dicha recompensa.
Pon en prácticas estas formas de conducta para evitar la procrastinación, ¡seguro lo lograrás!, y no te olvides del ingrediente secreto para lograr cualquier cosa que te propongas, la disciplina.