Seguro escuchaste sobre el Síndrome del Estudiante, y no sabías a lo que se referían. Te explicaremos qué es el Síndrome del Estudiante, y porqué los líderes no lo tienen, y quiénes sí lo tienen.

El físico Eliyahu M. Godldratt fue quien observó el fenómeno del Síndrome del Estudiante de forma detenida y detallada, en su libro Cadena Crítica. Explica que una persona comienza a dedicarse por completo a una tarea, hasta que ha llegado al límite de tiempo para realizarla.

Lo observó en estudiantes que comenzaban a estudiar para un examen hasta que faltaba 1/3 del tiempo total que habían tenido para estudiar. Y lo mismo pasaba con la realización de algún trabajo.

¿Te preguntas por qué un líder no sufre el Síndrome del Estudiante? Porque no deja las cosas para después.

Se dedica a su trabajo y objetivo desde que se lo plantea, y es lo suficientemente organizado como para determinar un tiempo para cada tarea, y las lleva a cabo en tiempo y forma.

Quizá en algún momento falle, pero no es una variante constante en su vida, dado que sus grandes logros están determinados por su disciplina y constancia.

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Este padecimiento es una forma de procrastinar, y como vimos en esta nota sobre Qué es la procrastinación y por qué debes dejarla si quieres llegar lejos, son hábitos poco benéficos para tus metas de emprendedor o de liderazgo.

Si deseas brillar en tu ámbito, sea el que sea, debes llevar un orden establecido por ti mismo, y fortalecer tus puntos flacos.

Otra de las razones por las que un líder no sufre el Síndrome del Estudiante, es porque no basa sus conocimientos y éxitos, en la memoria a corto plazo.

La práctica del Síndrome del Estudiante, se beneficia por la memoria a corto plazo, derivada de las intensivas horas previas de estudio, al examen.

Muchas personas que sufren el Síndrome del Estudiante, no se dan cuenta, ellos pueden ser procrastinadores crónicos o circunstanciales.

En cualquiera de los casos, creen que las horas de esfuerzo previas a entregar un trabajo o realizar un examen, los hará quedar bien. Puede que obtengan resultados no tan malos, y por ello continúen con esa práctica.

Es un hábito poco saludable para los que realmente buscan el éxito. Quienes sufren de este Síndrome, no dan su máximo esfuerzo, postergan el tiempo de preparación y lo aceleran justo cuando está por acabarse el tiempo.

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Este Síndrome no deja lugar para la memoria a largo plazo, pues como dicen: “Lo que bien se aprende, no se olvida”, y quizá por eso, lo que rápido se memoriza, rápido se olvida.

Este mal hábito de postergar las cosas, tiene mayores repercusiones que las que alguien que lo sufre podría tomar en serio.

Por ejemplo:

Se puede decir que perdió esos conocimientos que en algún momento memorizó, y si se trata de un estudiante en formación, un semestre posterior no recordará lo que “estudió” rápidamente antes.

Y si hablamos de que ese estudiante crece, y se convierte en un adulto, de continuar con las mismas prácticas, tendrá los mismos resultados, pero en la vida cotidiana.

Y aunque la persona que sufre este Síndrome sabe que no hizo su mejor esfuerzo, aun así espera los mejores resultados.

Lo que le llevará a una vida mediocre, basada en calificaciones emotivas.

Además del estrés que le genera la incertidumbre de lograr o no el cometido de entregar su trabajo a tiempo o pasar su examen con una buena nota.

COSAS QUE EL ENFERMO SE DICE A SÍ MISMO:

Aún queda mucho tiempo para hacer este trabajo.

Hoy no tengo ganas, lo haré mañana.

Creo que es muy poco tiempo para este trabajo, pero aun así lo iniciaré mañana.

No pasé el examen porque el maestro no me contó ese punto como bueno.

Si hubiera tenido más tiempo seguro entrego un trabajo mejor.

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CONSECUENCIAS QUE EL ENFERMO NO QUIERE VER:

No alcanzó a terminar su trabajo porque el tiempo no era suficiente.

Terminar un trabajo de una forma básica sin mérito alguno.

Las personas ya no quieren trabajar con él, pues saben que todo lo deja para última hora.

Su propia actitud le genera tensión y estrés, pero no es capaz de cambiar.

Rendimiento académico o laboral se verá afectado.

Su autoestima se cuestionará sobre sus habilidades.

Esta enfermedad está directamente relacionado con la Ley de Parkinson: “Cuanto más tiempo tienes para realizar una tarea, más tiempo tardas en completarla”.

Por estas razones, un líder no sufre el Síndrome del Estudiante, aunque no se niega que alguna vez lo hayan podido tener.

Al tratarse de hábitos poco benéficos, todo depende de que éstos se intercambien por hábitos saludables, que generen resultados favorables para el alcance de las metas que se proponga.