No siempre el que busca encuentra. Porque precisamente, a veces es importante dejar de buscar; con el fin de hacer un alto y entender el proceso de qué buscamos y de cómo lo estamos haciendo. En cualquier proceso de búsqueda de trabajo, es importante tomar en cuenta dos cosas:
La primera: no se trata de tirar el dardo por tirarlo, si no de saber exactamente qué es lo que estaríamos logrando en nuestra vida al momento de que caiga justo en el blanco (léase: al momento de que nos den el puesto).
La segunda: La salida más fácil no es “tirar la toalla” ni pensar que eso “de trabajar no es para mí”, como cuando un joven me decía que después de más de una veintena de entrevistas fallidas sentía que él no había nacido para trabajar.
Está claro que responsabilizar al mundo de lo que nos sucede, es el primer obstáculo para lograr lo que deseamos. Hay que hacerse cargo de la propia existencia.
Pero, ¿Qué puedes hacer frente a las puertas que se cierran constantemente, frente a tu nariz? ¿Cómo seguir motivado cuando no se ve la luz, el reloj avanza y sigues sin poder conseguir empleo? ¿Es mala suerte, castigo divino, karma, brujería o falta de oportunidades?.
Te dejo seis claves que pueden ayudarte a continuar motivado a pesar de la adversidad que puede surgir en el proceso:
1) Pregúntate: ¿Qué es lo que quieres?
Si no sabes qué estás buscando, seguramente encontrarás lo que no quieres, y terminarás hartándote en muy poco tiempo. Porque simplemente no hay pasión en el proceso. Pregúntate qué tipo de trabajo deseas realmente. Es importante que eso vaya conectado a tu propósito de vida. Sé que puede parecer un tema difícil porque seguramente me dirás: “David, lo que me interesa ahorita es el dinero”. Pero de verdad, es mucho más fácil que las oportunidades aparezcan cuando tienes claro tu propósito y te diviertes al ponerlo al servicio de los demás. Es algo que se transmite y los empleadores lo observarán.
2) Enfoca tu búsqueda
No busques por buscar, porque eso te puede llevar a constantes decepciones, incluso a pérdidas económicas. Enfoca y sé muy honesto con lo que realmente deseas. Claro, eso no implica que no estés abierto a explorar nuevas posibilidades, pero trata de tener muy claro el rumbo que quieres tomar. No te resignes a cualquier cosa, porque la soltarás en menos de lo que crees. Que la desesperación no te haga dar disparos al aire, sino sé como un rayo láser en donde todas tus actividades estén dirigidas hacia lo que quieres lograr en el futuro.
3) Entrena tu mente y mantente ocupado
Creer es crear. De verdad. Está comprobado que podemos programar nuestra mente para el éxito. Si todos tus pensamientos están centradosen fracaso, negativas, carencia, inseguridad, en falta de oportunidades o en injusticias sociales, precisamente es lo que te generarás. De lo contrario, si te acercas a todo lo que te ayude a sentirte bien y motivado, el proceso se vuelve mucho más sencillo. ¿Qué estás haciendo por automotivarte desde que te levantas?
Ocúpate, plantéate objetivos cortos e incrementa tus habilidades, capacítate en lo que sabes te hace falta, ten buenos hábitos de lectura, actualízate y sobre todo participa en eventos donde puedas retarte a ti mismo, crecer y al mismo tiempo seguir preparado para cualquier oportunidad que se presente en el camino.
4) No lo tomes personal
El mundo no conspira en tu contra ni existe alguien en una cámara secreta moviendo los hilos para que no consigas el trabajo soñado. Hay muchísimos factores, y cada empresa tiene los suyos, por los cuales no eres contratado. Incluso, en muchas ocasiones no es por una cuestión de habilidades. Por lo tanto, no te preocupes. No te desmotives si no fuiste seleccionado. Estoy convencido que eso no era para ti.
5) Aprende las lecciones
Todas las crisis tienen algo que enseñarnos. Una crisis económica le dice al país que hay ajustes que son importantes que hacer. Una crisis personal nos indica nuevos caminos. Una negativa frente a la petición de un empleo nos arroja información positiva que podemos aprovechar a nuestro favor. De todo se aprende. Detrás de cada visita, de cada entrevista laboral, no dejes de preguntarte: ¿Qué estoy aprendiendo con esto? Probablemente esa enseñanza sea mucho más valiosa en el futuro, que el mismo trabajo.
6) La voluntad es primero
Si desde que te levantas está pensando: “No lo voy a lograr” “Todos tienen empleo, menos yo” “Hoy tendré un día difícil” “Ya no quiero pedir más oportunidades, siempre es lo mismo” seguramente es lo que pasará. Eso es autosabotaje, y lo peor es que te bloquea para hacer lo que debes de hacer. Eso hará que seas presa fácil para caer en la desmotivación y el desánimo. Haz lo que tienes que hacer, sobrepón tu voluntad a tus sentimientos, aunque en un principio no tengas ganas. Tu futuro te lo agradecerá.Pero sobre todo, nunca dejes de insistir. Si de pronto las puertas se cierran, recuerda que tarde que temprano lo conseguirás, y que todo este viaje, que a veces parece difícil e interminable, te está enseñando mucho más de lo que crees.