Si estás leyendo esta nota, significa que estás interesado en mejorar tu disciplina, sigue leyendo y te diré qué es la disciplina, qué no es, cómo conseguirla, y cómo conservarla.

Parte de lo que leerás está basado en las 3 reglas de Jim Rohn para alcanzar la disciplina, según el empresario, escritor y orador motivacional.

Muy bien, primero que nada, debes saber que la disciplina no es fácil, pero tampoco es imposible, por ello hemos visto desfilar a millones de mujeres y hombres exitosos en distintos rubros, ése éxito no les llegó de la nada, ellos lo alcanzaron a través de la disciplina constante, y es justo eso lo que ahora vamos a explicar, ¿cómo lograrla?

Piensa, ¿estás dispuesto a pagar el precio de la disciplina?, ¿o prefieres pagar luego el precio del pesar?

El precio de la disciplina implicará sacrificio, aprendizaje constante e intentarlo una y otra vez, hasta que los hábitos de la disciplina que quieres formar, sean sólidos y efectivos.

Por otra parte, si decides pagar el precio del pesar, puedes ahora gastar tu tiempo jugando videojuegos, yendo de fiesta en fiesta, saltando de responsabilidad en responsabilidad y culpar al destino por no alcanzar tus metas.

Sin embargo, luego comprenderás el precio del pesar, cuando el tiempo ya no puede volver, y tú desperdiciaste parte importante de tu juventud e ímpetu en cosas vanas y pasajeras, entonces dirás, “hubiera comenzado con esto hace tiempo, hubiera aprovecha tal oportunidad”.

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Suponiendo que estás de acuerdo conmigo en que es mejor pagar el precio de la disciplina que el del pesar, comenzaremos:

1.La disciplina no es fácil pero tampoco es imposible, tienes que comenzar con pequeñas cosas de tu vida, para transportarlo a tus grandes retos, la disciplina es una responsabilidad de tiempo completo, es un estilo de vida.

Si eres disciplinado en unas cosas, pero indisciplinado en otras, éstas crearán estragos en las áreas de tu vida que están bien, no podrás equilibrarlo, y te arrastrarán nuevamente a la indisciplina.

La disciplina es una serie de normas que aceptamos, es un código personal de conducta autoimpuesto, por ello, debes tener bien claro qué es lo que quieres lograr, en qué deseas ser mejor y encaminar tus hábitos a esa meta.

La disciplina comienza con pequeñas cosas como tender tu cama todos los días, lavar tus trastes, planchar tu ropa, ser puntual, cumplir con lo que dices que harás. Por ello lo primero que debes entrenar, es tu mente, para así poner orden en tu vida.

Tienes que tener disposición para seguir tus propias normas, adoptarlas, y obligarte a seguirlas, si no, no hay disciplina; es como si un atleta no quisiera entrenar un día, solo porque tiene flojera, o como si un escritor no quisiera escribir porque no tiene ganas, o si una cantante no quisiera practicar porque no le apetece.

No, así no son las cosas, cada uno debe tener sus metas claras y trabajar a diario por ellas. Bien decía Aristóteles que: “Somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia entonces, no es un acto, sino un hábito”.

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Por otro lado, si dices que harás algo, pero no lo haces

Pierdes credibilidad ante los demás, por ser inconstante e incongruente, además de que eso te causará falta de confianza en ti mismo, y en lo que puedes lograr.

Lo que es aún peor, es que alguien nunca se haya planteado el valor de la disciplina, personas inconstantes en lo que hacen, con cientos de proyectos comenzados pero ninguno o muy pocos terminados, personas  que cambian de rumbo ante la adversidad, porque no saben cómo mantenerse disciplinados.

2.Tiene que quedarte claro, la disciplina no es solo por horas; ¿te imaginas si una bailarina de ballet, decidiera que solo quiere entrar dos o tres horas a la semana? Sería imposible que ella fuera una bailarina excepcional, recuerda que el talento sin disciplina no es nada, se complementan entre sí.

La mejor de las noticias es que, para cada esfuerzo disciplinado, hay una recompensa múltiple, por cada cosa en la que trabajes con tu mayor esfuerzo y disciplina constante, serás gratificado con creces, de una u otra forma.

Es como la ley de sembrar y cosechar, un esfuerzo en primavera producirá efectos increíbles en otoño, por ello debes sembrar ahora, porque el mejor momento para emprender algo, siempre es ahora.

No tengas miedo a trabajar mucho, a esforzarte, puesto que tu recompensa llegará. La clave del éxito, es la disciplina constante y firme.

Siempre puedes poner en marcha un nuevo plan para encaminar tus pensamientos a la disciplina, si no lo haces, éstos divagarán, y pensamientos confusos producen resultados confusos.

¿Adivina qué es lo que se necesita? Nuevamente disciplina, disciplina a largo plazo para cambiar tus hábitos poco productivos, por unos mayormente benéficos.

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Comienza hoy, con los pequeños detalles de tu vida

Haz algo a diario de lo que quieres hacer para toda la vida, y vuélvete el mejor en ello, usa tu tiempo efectivamente, presta atención a los detalles, disciplina para todos los aspectos de tu vida, tanto en lo personal, como en los profesional, ya que no podrías exigir orden en tu oficina, si no lo tienes en tu habitación, solo por poner un ejemplo.

Aprende diariamente todo lo que puedas aprender, enseña todo lo que puedas, lee todo lo que puedas, practica a ser mejor en tu disciplina.

Recuerda que cada reto te abre nuevas puertas al conocimiento, por cada fracaso aprenderás una ruta nueva de hacer las cosas. Ten en cuenta que aprende aún de las malas experiencias.

3.Actúa con seriedad tu vida no es un ensayo, y este día no volverá, por ello, la disciplina pide que le pongas empeño a todos los detalles, grandes y pequeños de tu vida, porque éstos repercutirán en tus resultados. La disciplina está en todas las áreas de nuestra vida.

Para llegar al éxito te hace falta tener autodisciplina, trabajar arduamente, y ser congruentes con uno mismo y los resultados que se quieren alcanzar. La más valiosa y efectiva disciplina, es la que uno se impone a sí mismo.

Ya tienes los fundamentos, ahora tienes que llevarlos a la práctica, y recordar que tus esfuerzos deben ser disciplinados, es momento de crear tu propio camino. La pregunta es, ¿cuándo comenzarás?, siempre podemos cambiar de dirección.

Tienes la capacidad y la habilidad, incluyendo la elección de intentarlo o no, la opción es nuestra, el momento es ahora, si no somos nosotros, ¿quién?, y si es no ahora, ¿cuándo?

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