Imagina lo siguiente: Estas frente al director de recursos humanos que decidirá si te contrata para el trabajo de tus sueños; llevas más de treinta minutos contestando preguntas técnicas sobre el puesto y te sientes seguro de que el empleo es tuyo. De repente, escuchas la temida pregunta “¿háblame de ti?; respiras y te quedas callado sin saber qué hacer.

La pregunta “¿Háblame de ti? es una de las más usadas por los reclutadores en los procesos de selección de personal y en la entrevista de trabajo. El propósito de esta pregunta no es prestarte el micrófono para que te arranques recitando tu biografía desde el festival del Día de las madres en preescolar. Más bien, lo que buscan los encargados de Recursos Humanos es evaluar varios aspectos de tu personalidad y diagnosticar si, de verdad, eres el indicado para ocupar la vacante. Es decir, en primer lugar, esta pregunta revela que tan estructurado y elocuente puedes ser al hablar de ti mismo y demuestra cómo es que te presentarías y desenvolverías ante gente desconocida- lo que permite aproximar tus habilidades para hacer conexiones personales o profesionales (networking). En segundo lugar, esta pregunta ofrece al candidato a responder y destacar las razones por las cuales tiene lo necesario para ocupar el puesto.

Ahora bien, si de todos modos esta pregunta te da pavor o no tienes idea de cómo contestarla, puedes utilizar la fórmula Pasado-Presente-Futuro:

Pasado: Inicia con una versión condensada de tu experiencia laboral previa, o si es tu primer empleo, con tu historia como estudiante. Por ejemplo, “en los últimos dos años me gradué de la carrera de Nutrición y comencé a trabajar en un consultorio privado. Al principio, era ayudante/asistente del dueño del consultorio y, una vez que obtuve mi título comencé a dar mis propias consultas.”

Presente: Una vez que estableciste el contexto de tu presentación o historia, es bueno que aproveches la oportunidad para resaltar un aspecto positivo de tu personalidad o tu dominio de alguna competencia importante para el reclutador. Por ejemplo, “durante mi experiencia en el consultorio privado no sólo aprendí y obtuve experiencia en el lado clínico del empleo, también aprendí a llevar la contabilidad de mis consultas y a lo importante que es mantener una relación estrecha con el resto del equipo de nutriólogos que trabajaban en el consultorio para poder ofrecer el mejor servicio a los paciente.”

Futuro: Para concluir tu historia es importante demostrar que tienes ambición y claridad de hacia dónde quieres llevar tu carrera profesional y por qué este puesto de trabajo se ajusta o es un paso en esta dirección. Imagínate que el puesto para el cual te estás postulando tiene que ver con investigación y desarrollo de productos de alimentos. En este sentido tu conclusión podría ser algo como: “El siguiente paso en mi carrera laboral sería transitar del consultorio a una empresa grande como esta para desarrollar investigación y mejora de productos en el área de alimentos y bebidas. De esta manera podré contribuir a la creación de alimentos nutritivos y saludables para la población desde el origen de los mismos”.

Pues ya tienes una fórmula que puede ayudarte. Cuéntame cómo te funciona.